Traductor: Radak
Corrector: Radak
Corrector: Radak
Capítulo Anterior Lista de Contenidos Siguiente Capítulo
Libro 17, Prefectura Índigo - Capítulo
41, Un Misterioso Visitante
En
las calles anchas, la gente iba y venía.
Dentro
de la ciudad, batallas de cualquier tipo estaban absolutamente prohibidas. No
importaba si eras miembro de una raza extraña, y no importaba si eras un Dios
Altivo o un Semidiós. Aquí podrías disfrutar cómodamente de la vida,
sin miedo ni peligro.
“No
he ido a una ciudad una sola vez desde el regreso al clan.” Linley miró a los
dos lados de la calle, a las distintas tiendas.
“Jefe,
la ciudad es mucho más interesante que las montañas. Hay muchos
lugares para el entretenimiento, y también muchos lugares para ver los registros
en orbe. Jefe, la última vez, al ver los registros en orbe en la
ciudad, descubrí que...” Las cejas de Bebe estaban danzando animadamente
mientras hablaba, y en este punto, cambió a sentido divino. “Hubo una
grabación en orbe que era de la batalla en la Isla Miluo entre tú y
los muchos guerreros de la isla, así como también una grabación en orbe de la
batalla contra el Dignatario vestido de rojo después.” Dijo
Bebe.
“¿Lugares
para ver registros en orbe?” Linley estaba bastante sorprendido.
El
clan Bagshaw consideraba algunos preciosos registros en orbe como
tesoros.
“¿Cómo
son los registros en orbe, en esos lugares dentro de la ciudad donde están
disponibles para ver? ¿Hay muchas grabaciones de expertos luchando?” Preguntó
Linley.
“No
muchos. Aunque hay bastantes batallas de Dioses Altivos,
el nivel de habilidad está a la par con la ‘Arena’ de la Isla Miluo. De
vez en cuando, habrá una batalla en niveles de alta habilidad, pero el precio
por verlos también es bastante alto.” Bebe estaba bastante descontento. “Jefe,
cuando muestren la grabación en orbe de tu batalla en la Isla Miluo,
deberían darte una parte del dinero.”
Linley
comenzó a reír fuertemente.
La
cercana Delia comenzó a reír también. “Las palabras de Bebe son bien
habladas. Están liberando esos registros en orbe sin tu permiso.”
Delia, Bebe y Linley charlaron sobre los registros en orbe mientras
caminaban. Momentos después, desde lo alto, Tewila y los demás giraron y
comenzaron a caminar hacia Linley.
Dignatario Tewila
envió por sentido divino, “Dignatario Linley, nos quedaremos aquí en Ciudad
Meer por aproximadamente un mes. Dentro de un mes, nos dirigiremos
una vez más a las Montañas Rito del Cielo. Durante este mes, Dignatario Linley,
usted puede pasear por la ciudad como desee. Recuerde, un mes. Si
lo pierde... Entonces Dignatario Linley, si quiere regresar, tendrá
que esperar al siguiente grupo. O volver por sí mismo.”
“No
te preocupe. Lo sé.” Linley asintió. “Dignatario Tewila, por
favor no nos dé importancia, vaya a hacer lo que desee hacer.”
Después
de caminar un rato más, el grupo de Linley se separó de Tewila y los demás, y
luego Linley, Delia y Bebe se dirigieron directamente a la residencia de
Tarosse y Dylin. Cuando Tarosse, Dylin y los demás llegaron a Ciudad
Meer , Bebe y Delia también estuvieron presentes. Naturalmente,
sabían exactamente dónde vivían Tarosse y los demás.
“Jefe,
Tarosse y los demás compraron una gran propiedad. Gastaron más de mil
millones de piedras de tinta”, dijo Bebe apresuradamente. “En cuanto a
Dylin, Cesar, O’Brien y los demás, ellos también viven allí.”
Al
escuchar esto, Linley asintió. El grupo de Tarosse no carecía de dinero. Era
correcto que compraran una gran propiedad en la ciudad. Mientras pensaba
en comprar una propiedad, Linley no pudo evitar comenzar a reír. “Bebe,
Delia, ¿aún recuerdan ese año cuando fuimos por primera vez a Ciudad Ala Real? Esa
vez, cuando vimos esas casas, la más barata costaba alrededor de sesenta o
setenta millones, ¿verdad? En aquel entonces, estábamos sorprendidos cuando
vimos esos precios.”
Delia
y Bebe, al escuchar esto, comenzaron a reír también.
Las
casas más baratas en Ciudad Ala Real costaban alrededor de ocho millones, pero
la gente aprovecharía la oportunidad de comprar casas como esas. En
términos normales, las casas vacías valdrían casi cien millones. En general,
solo algunos Dioses Altivos bastante poderosos eran capaces de comprar
estas cosas.
“En
ese momento, pensé que solo las ‘verdaderas élites’ del Reino Infernal podrían
comprar casas en las ciudades. Pero ahora, parece que...” Linley negó con
la cabeza y rio. De hecho, aquellos capaces de comprar casas en las
ciudades podrían considerarse élites, pero estas llamadas ‘élites’ eran solo élite
en comparación con las muchas Deidades ordinarias del Reino Infernal.
Los
verdaderos expertos del Reino Infernal, como Demonios de Seis Estrellas y Demonios
de Siete Estrellas, vivían principalmente fuera de las ciudades, apoderándose
de un pedazo de tierra. Construirían sus propios castillos y reunirían un
gran grupo de subordinados. Aunque era seguro dentro de las ciudades, la
vida no estaba llena de tantos desafíos y tanta emoción.
“Linley,
estamos aquí en la residencia de Tarosse.” Delia señaló hacia el frente, y
Linley siguió el dedo índice de Delia mientras miraba. Él vio una gran
propiedad, cientos de metros de largo. Dentro de una ciudad, donde cada
pulgada de tierra era absolutamente preciosa, comprar tal enorme residencia por
el precio de poco más de mil millones de piedras de tinta era un buen trato.
Dentro
de la residencia. En el patio delantero, había una piscina redonda de
agua, al lado de la cual había árboles, arbustos, hierba y flores. Un piso
de piedra ancho que tenía forma de una curva conducía desde la entrada a una
zona residencial.
“Hermano mayor,
¿por qué estás perdiendo el tiempo en la habitación? Date prisa.” En la
actualidad, un joven musculoso gritaba desde debajo de la residencia. Este
era el tercer hijo de Dylin, ‘Clervaux’. Él había ido con su hermano mayor
ese año junto con Dylin al Reino Infernal. En cuanto a su segundo hermano,
había sido asesinado en el decimo primer piso de la Necrópolis de los Dioses
por los Demonios Cuchilla Abisal.
“Voy.” Una
figura saltó desde el piso de arriba, moviéndose como un rayo.
Pero
justo en ese momento...
“¡Bang!” “¡Bang!” Un
fuerte y estremecedor golpeteo, unido a un grito atronador, “¡OIGAN, ABRAN! ¡Cleo,
Clervaux, apúrense y abran la puerta!”
“Es
Bebe.” Los dos hermanos se miraron el uno al otro, y luego corrieron
hacia la puerta.
“Rumble...” Un
sonido retumbante, seguido por las puertas abriéndose repentinamente. Había
tres figuras detrás de ella.
“Linley.” Cleo
y Clervaux no pudieron evitar sentirse sorprendidos. Esta era la primera
vez que Linley los visitó en cinco siglos. Y luego, Clervaux exclamó con
entusiasmo: “¡Padre, tío Tarosse, Linley ha llegado!”
“¿Linley
vino?” Desde la residencia distante, varias figuras volaron de inmediato hacia
ahí, y el primero fue César.
Linley,
al ver a sus compañeros de su tierra natal, rio y los saludó, abrazando
directamente a César en un fuerte abrazo. “César, mucho tiempo sin verte.”
“De hecho, ha pasado mucho tiempo. Dignatario Linley tiene un alto
rango, gran poder e innumerables responsabilidades cada día, y por lo tanto nos
ha olvidado a nosotros, figuras menores.” Cesar bromeó deliberadamente.
Linley,
viendo a César ser tan irreverente, no pudo evitar sentirse feliz.
César
finalmente había regresado a la forma en que había estado en el continente Yulan; Irreverente
y desinhibido. Parecía que los efectos de lo que había sucedido en la
Isla Miluo se estaban desvaneciendo.
“Linley.” Tarosse,
Dylin y O’Brien fueron a darle la bienvenida también.
“¿Eh?”
Linley vio que Olivier no estaba entre ellos, pero había una belleza de cabello
dorado. Linley miró con sorpresa a la belleza que estaba en la
parte posterior del grupo. “¿Ella es…?”
Tarosse
rio diabólicamente. “Linley, ella es una de nosotros. ¿Por qué no supones
de quien es esposa?”
“¿Esposa?” Linley
estaba aturdido.
“Oigan,
¿alguien se casó? ¡Eso no había sucedido la última vez cuando estuve aquí!”
Bebe también lo miró.
Tarosse
comenzó a reír con fuerza. “Cuando te casas con una esposa, por supuesto
tienes que ser rápido. ¿Adivina de quién es esposa?” Linley, Delia y Bebe giraron
para mirar a César, Dylin, O’Brien y Clervaux.
“¿Podría
ser Clervaux?” Bebe fue el primero en adivinar. “¿O de O’Brien? Esperen,
eso no puede ser, O’Brien tiene esa aventura con el Sumo Sacerdote[1].
El Dios de la Guerra O’Brien no pudo evitar sentirse incómodo.
Inmediatamente,
Tarosse, César y los demás comenzaron a reír. Dylin dijo apresuradamente, “De
acuerdo, suficiente de eso. Linley, Delia, haré las presentaciones. Esta
es mi esposa, Kamina.”
“Sr. Linley,
ellos a menudo me han hablado de usted”, dijo Kamina con una sonrisa.
“Saludos,
Kamina.” Linley y Delia saludaron a Kamina también.
La
llegada de Linley hizo que las vidas normalmente tranquilas de Tarosse, Dylin y
los demás se vieran ligeramente alteradas. Tarosse y los demás
inmediatamente prepararon un suntuoso banquete de bienvenida ese mismo día. Linley
comenzó a hablar en la mesa del banquete con Tarosse y los demás sobre los
asuntos del clan.
Después
de saber qué había cambiado dentro del clan durante los últimos cinco siglos,
especialmente la crueldad de las batallas que habían tenido lugar, Tarosse,
Dylin y los demás no pudieron evitar suspirar. Kamina estaba realmente
sorprendida; Ella era solo una Diosa ordinaria, y en el pasado, aunque
había escuchado a Dylin decir algunas cosas sobre Linley, siempre había sentido
como si estuviera escuchando historias sobre figuras legendarias.
En
este momento, cuando oyó del propio Linley hablar de la muerte de tantos Demonios
de Siete Estrellas, hubo una sensación diferente.
¡Esos
eran Demonios de Siete Estrellas!
En
términos generales, solo el amo de una ciudad era un Demonio de Siete
Estrellas. Pero el antiguo clan de las Cuatro Bestias Divinas y los ocho
grandes clanes que habían venido de todos los diversos planos, en sus batallas
uno contra el otro, habían perdido un Demonio de Siete Estrellas tras
otro.
“¿Acabas
de decir que Olivier se fue?” Dijo Linley, sorprendido.
“Cierto.” Tarosse
asintió. “Tal vez él no está acostumbrado a la vida pacífica dentro de las
ciudades. Fue a aceptar las misiones Demonio. Generalmente, tal vez hará
un viaje de regreso aquí cada diez años o cada pocas décadas.”
¿Misiones
Demonio?
Linley
asintió levemente. Al mismo tiempo, de repente lo recordó... ¡Parecía como
si él solo fuera un Demonio de Una Estrella! Aunque había asumido dos
misiones, ninguna había tenido éxito.
“Olivier,
en el continente Yulan, también había deseado vivir una vida emocionante en el
Reino Infernal. Por lo tanto, él fue el primero en venir aquí. Su
temperamento lo hace inadecuado para vivir para siempre en una ciudad.” Linley
suspiró.
Repentinamente…
“¡Bang!” De
repente, el sonido de golpear contra la puerta sonó una vez más.
“Oye,
¿alguien está llamando a esta hora del día? Todos están aquí, sin embargo. Nadie
está afuera.” Tarosse estaba desconcertado. “¿Puede ser que Olivier haya
vuelto?”
“No
puede ser una coincidencia, ¿o sí?” Linley rio. ¿Podría ser que tan pronto
como hablaran de Olivier, él llegaría?
“Clervaux,
ve a la puerta”, dijo Tarosse, y Clervaux inmediatamente se levantó y salió
corriendo.
“Oigan,
apúrense y abran la puerta.” Una voz profunda llegó desde más allá de la
puerta, la voz sorprendió a Linley. Esta era en realidad la voz de Phusro,
la persona que lo había salvado. Linley estaba muy sorprendido de
escucharlo.
¿Por
qué había venido Phusro aquí?
“¿Quién
eres?” La voz de Clervaux sonó. Clervaux no reconoció a Phusro en
absoluto. En cuanto a Tarosse, Dylin y los demás, ellos salieron
rápidamente del patio, viendo al hombre grande y pelirrojo de pie lejos afuera de
la puerta.
Pero
ellos no reconocieron a Phusro.
“¡Jaja,
Phusro! ¡Jefe, es Phusro!” Gritó Bebe, y Linley también se
acercó, riendo, “Clervaux, es mi amigo.” Linley descubrió... Que Phusro
realmente tenía dos subordinados detrás de él.
“Chico,
la primera vez que nos encontramos somos extraños, pero la segunda vez, seremos
conocidos. En el futuro, sabrás quién soy.” Phusro palmeó a Clervaux en
los hombros, causando que el cuerpo de Clervaux se balanceara. Riendo
ruidosamente, Phusro entró. “Linley, sabía que estabas aquí.”
Linley,
al oír esto, se sorprendió.
Él
había cambiado su apariencia cuando había llegado. ¿Cómo pudo saber Phusro
que estaba allí?
“No
te sorprendas tanto. ¡El gobernador de Ciudad Meer es mi amigo!”
Phusro rio. “Cuando Delia acompañó a estas personas a comprar una
propiedad, hice arreglos para que la gente prestara atención.”
Linley
ahora entendió. Así que habían visto a Delia y Bebe, y así habían podido
adivinar su presencia. Pero Linley todavía estaba asombrado por las
conexiones de Phusro; ¡Él en realidad era amigo del Gobernador de Ciudad
Meer!
“Sin
embargo, no fui yo quien te descubrió esta vez.” Phusro rio. “Fue otro
amigo mío quien me dijo que habías llegado a Ciudad Meer.”
“¿Otro
amigo?” Linley estaba sorprendido.
Phusro
asintió. “Correcto. Ese amigo mío es extremadamente fuerte. Mi
amigo sabe que estoy familiarizado contigo y me pidió venir. El deseo de
mi amigo es muy simple... Reunirse con Bebe.”
Linley
frunció el ceño.
Phusro
era muy poderoso, y por eso sus amigos también eran sin duda impresionantes. Un
amigo era el gobernador, mientras que el otro amigo había descubierto que Linley
había llegado a Ciudad Meer. ¿Y este otro amigo quería ver a Bebe?
“¿Encontrarme?”
Bebe se sorprendió.
“¿Quién
es esta persona?” Preguntó Linley.
Phusro
negó con la cabeza y rio. “No puedo decirlo realmente. Si deseas
preguntar, espera a que Bebe regrese y luego pregúntale. Cierto...
¿Estás de acuerdo con que Bebe haga este viaje?
“¿A
donde? ¿Está dentro o fuera de la ciudad?” Aunque Linley confiaba en
Phusro, todavía estaba preocupado por la seguridad de Bebe.
“No
te preocupes. Está dentro de la ciudad.” Phusro rio.
Linley
finalmente se relajó. Ni siquiera Demonios de Siete Estrellas se
atreverían a hacer algo dentro de la ciudad. Después de todo, la regla de
que no se permitía ninguna batalla dentro de las ciudades era una regla que se
compartía en todo el Reino Infernal, una regla establecida por los Soberanos. ¿Quién
se atrevería a violarla?
“Bebe,
¿qué piensas?” Linley giró para mirar a Bebe.
Los
ojos de Bebe brillaban, y rio, “Tengo muchas ganas de ver qué persona
misteriosa desea encontrarse conmigo.”
[1]
Recuerden que ‘Sumo Sacerdote’ era su título, así como el de O’Brien era Dios
de la Guerra, pero era mujer.