Traductor: Trafalgar
Corrector: Radak
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¡ENLOQUECIDO, TREN ESPIRITUAL!
PRÓLOGO
Por lo tanto───Él había llegado a soñar un
mundo en llamas.
Y eso de ninguna manera era una metáfora.
Las llamas de la ciudad incendiándose quemaban hasta
los cielos, y el cielo azul estaba teñido por el humo negro.
Las llamas que quemaron durante siete días y
noches sin extinguirse, no estaban satisfechas sólo por las personas que vivían
ahí, habían seguido propagándose mientras tragaban incluso las ruinas que se
volvieron desiertas.
Los destellos de los relámpagos brillando
dentro de las nubes oscuras asaltaban las montañas y los ríos, rompiendo los bordes
de las presas y originando corrientes de lodo. La corriente de agua que
era bastante grande para ser incontrolable, había inundado el río en un
instante y procedió a tragarse la ciudad. La embravecida corriente
viniendo de las montañas, se tragó despiadadamente las casas, y las voces
pidiendo ayuda solo habían desaparecido en la superficie del agua.
Los terremotos que continuaron sin parar
habían formado grietas en el suelo, y la ciudad ceniza que estaba envuelta con
el concreto artificial, había perdido su función como una ciudad tan fácilmente
que era tedioso. Incluso si había preparaciones para los poderes del desastre,
la única cosa que podía proteger era la apariencia. Las cuerdas de
seguridad a lo largo de los edificios se rompieron en un instante, y la mega
ciudad número uno del mundo fue reducida a grandes torres de ceniza.
Imagen del infierno─── Exacto, era una imagen
del infierno.
Sería apropiado llamar a esta vista una
escena del infierno.
Mientras los infantes que habían perdido a
sus padres lloraban, aunque lloraban por sus padres y madres, ninguna respuesta
hubo a sus llamadas, y ellos murieron, retorciéndose en el suelo ya que su piel
estaba calcinada.
Las lágrimas desaparecían por el calor antes
de alcanzar el suelo. La sangre cambiaba de rojo a negro al momento que
goteaba.
Aquellos atrapados en la crisis se
dispersaron a los cuatro vientos, priorizando su propia seguridad, algunos que
corrieron fueron pisoteados y murieron.
No había espacio para que la benevolencia brotara
dentro de ese narcisismo que salió debido a las condiciones extremas.
Aquellos que perdieron la dignidad como seres
humanos, parecían justo como una multitud de animales huyendo de la calamidad.
“─────”
De repente, él miró arriba al cielo.
El mar de nubes teñidas de negro por el humo
se arremolinaba como un ser vivo, y los truenos sonaban justo como los mugidos
de artiodáctilos. La aparición de ello a medida que arañaba la atmósfera
con sus pezuñas era digna de ser comparada al toro arrogante en los cielos.
Sin embargo───La gran bestia que apareció en
esta ciudad devastada no era sólo esa.
El Rey de los artiodáctilos meneándose en el
cielo.
El Gigante del Ojo de la Muerte riendo
conforme miraba a eso.
El Rey Dragón creando caos con sus ocho
mandíbulas.
El Dios Mono ocultando su rostro avergonzado a
medida que su pelaje dorado se agitaba.
Todavía más Señores Demonios alzaron rugidos
más allá de las nubes de polvo, pisoteando el mundo humano.
Los Señores Demonio que podrían poner en
peligro la historia humana incluso si solo uno de ellos aparecía se habían
reunido y estaban quemando el mundo. Si esto no era una visión infernal,
entonces, ¿qué más podría ser?
Los Señores Demonio que eran las calamidades
manifestadas, como una tempestad, como un tsunami, como una tormenta eléctrica,
habían descubierto sus colmillos hacia el mundo entero sin diferencia.
En la calle secundaria del infierno donde no
había esperanza para que las personas y todo el mundo no tuvieran más opción
que cubrir sus rostros, sólo había un humano───No.
Sólo una bestia, que rugió vigorosamente
hacia el dosel del cielo que no había tal cosa.
“─── ….. ¡¡!!”
Con el grito de guerra que perforó el cielo,
los Señores Demonio detuvieron sus rugidos.
El Gigante que estaba riendo con ridiculez,
así como también el Rey de los artiodáctilos retorciéndose y también el dios
mono que estaba ocultando el rostro avergonzado, todos dirigieron sus miradas
cargadas con diversos sentimientos hacia esa voz.
Aquel que percutió en esta destrucción con
‘rechazo’, era el Señor Demonio con la atípica forma de dragón.
El Dragón Demoníaco con tres cabezas───El
Dragón de Tres Cabezas, estaba mirando a Saigou Homura con sus ojos rubí similar
a la sangre.
“─────”
Aun cuando esto era un sueño, era todavía una
sensación extraña.
Dentro de este infierno abrasador que quemaba
estruendosamente, sin duda, el Dragón de Tres Cabezas miraba a ‘Saigou Homura’
con resentimiento. Sus ojos rubí no estaban mirando a la ciudad de la
civilización colapsada.
Con sus tres cabezas y seis ojos enfocados
sobre él, el Dragón de Tres Cabezas preguntó sobre el paradero del pecado.
“───Sólo, ¿cuánto tiempo tienes planeado
seguir observando?”
“───A este ritmo, tú realmente no lo harás a
tiempo.”
“El fin de todo sin duda se está acercando.” Sus
tres cabezas dieron esas palabras de advertencia.
El Dragón de Tres Cabezas abrió sus
mandíbulas tan grande que podían tragarse los cielos, mares, tierras y todo de
este mundo y dijo el oráculo que había repetido muchas veces.
“¡Oh Hijo del Zoroastrismo! ¡Date prisa y
resuelve el misterio ‘Enemigo del mundo’! Si no puedes resolver ese
misterio───Entonces mi Héroe, ¡se convertiría en un árbol temible que continuaría
ardiendo por la eternidad!”
¡Cumple tu misión! - La bandera del Enemigo del Mundo se balanceaba.
Si eres incapaz de cumplirla, entonces en
ese momento, sería inevitable ─── Él dijo,
mientras agarraba a Saigou Homura desde arriba de la bandera carmesí y jalándolo
hacia él mismo a medida que sus garras se clavaban en su cuerpo.
El Dragón de Tres Cabezas quien dijo el
oráculo, arrancó las extremidades de Homura, lo royó y lo masticó.
A medida que Homura era tragado en los órganos
internos del Señor Demonio, el Dragón de Tres Cabezas siguió recitando esas
palabras como un eco.
“───
Resuelve el misterio del Enemigo del Mundo.”
Si eres incapaz de hacerlo, entonces no
habría valor en la existencia de Saigō Homura (Hijo del Zoroastrismo).