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Capítulo 838 - Llamas de
Color Dorado
Yun Che exterminando al Clan Cielo Abrasador fue al menos debido al
hecho que ellos tocaron su escama inversa. Sin embargo, Xuanyuan Wentian no
dudó en tramar en contra de los otros Terrenos Sagrados e incluso usó grandes
cantidades de esfuerzo para destruir la Familia Real Noche Eterna. ¡¡Esto no
era debido a que él tenía algún odio contra ellos sino simplemente por una posibilidad
que no pudo confirmar en aquel entonces!!
¡Esto era más que sólo estar enfermo de la mente!
Él, el vengador restante, en realidad había sido una pieza de
ajedrez dejada atrás intencionalmente por la otra parte… Además, ¡cada paso que
daba había sido de acuerdo a su predicción!
“Xuanyuan Wentian… Tú… ¡¡No tendrás éxito!!” Feng Juechen agarró la
Espada Diabolica Pecado Celestial y temblaba conforme se levantaba. Cuando él
exitosamente había despertado su sangre diabólica, él ya sentía la existencia
del alma diabólica dentro de la espada. Además, en el décimo quinto día de su
despertar de la sangre diabólica, ello en realidad había atacado directamente
su alma e intentado destruir su conciencia. No obstante, él logró rechazarlo
exitosamente con mucha dificultad y forzó al alma diabólica a someterse a su
voluntad.
Combinando con lo que Xuanyuan Wentian acababa de decir, ¡el alma
diabólica dentro de la espada originalmente había querido deshacerse de su
conciencia antes de sellar la sangre diabólica dentro de su cuerpo antes de otorgársela
a Xuanyuan Wentian! Por lo tanto, ¡él podía confirmar que Xuanyuan Wentian ya
había fallado por completo en el último paso!
“Jejeje, ¿de verdad?” Xuanyuan Wentian rio, estirando su palma
blanco pálida hacia Feng Juechen, “Feng Juechen, tú en realidad debes
agradecerme hoy. Si no fuera por mí queriendo mantenerte con vida, cómo habrias
logrado vivir hasta hoy. Te he concedido tantos años de vida, así que hoy, ¡es tiempo
para que me pagues por todo!”
La mano estirada de Xuanyuan Wentian se echó atrás fuertemente.
Hrmmmm----
En el cerebro de Feng Juechen, algo parecía haber explotado de
repente y hubo un zumbido. Su visión inmediatamente se tornó blanca y sus ojos
perdieron su color antes de caer al suelo rígidamente como una tabla de madera.
Xuanyuan Wentian bajó sus manos a medida que giraba y decía, “Comencemos.”
………
Feng Xue’er se apresuraba hacia el Norte todo el camino sin
detenerse siquiera un poco. Ella no sabía dónde estaba ni se atrevía a
detenerse y preguntarle a alguien. Ella solo sentía débilmente que ya había
dejado los perímetros del Imperio Fénix Divino.
El cielo poco a poco se oscurecía y las señales del anochecer aproximándose
comenzaron a aparecer en los cielos del Oeste. La vasta región arbolada debajo
y la briza fría soplando parecían calmar la mente caótica de Feng Xue’er un
poco. Desde la vez cuando Xuanyuan Wentian había sido interrumpido por Fen
Juechen hasta ahora, varias horas ya habían pasado y no había señales del aura
de Xuanyuan Wentian acercándose atrás de ella.
Después de tanto tiempo, ya debería seguro.
La velocidad de Feng Xue’er disminuyó poco a poco conforme sujetaba
a Yun Che fuertemente y decía, “Hermano Mayor Yun, ya estamos a salvo. Sé que
no caerás tan fácilmente, inmediatamente…. Inmediatamente te ayudaré a ponerte mejor.”
Ella miró hacia abajo antes de volar gradualmente hacia un pequeño
espacio estrecho. Las heridas de Yun Che eran tan graves que ella no se atrevía
a mirar. El atisbo del aura de vida que no se disipaba era tan débil como el resplandor
de una luciérnaga. Lo que ella iba a hacer después sería renunciar
completamente a su poder de origen Fénix que el Dios Fénix le confirió a ella
para Yun Che… Ella sabía completamente bien que la severidad de las heridas de
Yun Che no yacía con sus heridas externas sino en el hecho que todos sus órganos
habían sido destruidos. Además, la severidad de la destrucción era tal que
incluso si la Deidad Dorada del Gran Firmamento fuere a descender de los
cielos, sus heridas todavía no podrían ser curadas. Incluso si ella fuere a
renunciar a su poder de origen Fénix, todo lo que podría hacer sería concederle
un último aliento por un corto periodo de tiempo.
Sin embargo, aparte de hacer esto, ella no sabía que otra opción le
quedaba.
Feng Xue’er descendió poco a poco antes de bajar a Yun Che al suelo.
El cuerpo entero de Yun Che estaba cubierto de sangre, especialmente su pecho…
El miserable estado causó que el corazón de Feng Xue’er se estremezca en dolor
a primera vista. Ella cerró sus ojos ya que no podía soportar viendo más
tiempo, suavemente levantando sus manos y quemando su más preciosa fuente de
energía Fénix sin ninguna vacilación.
En este momento, su cuerpo de pronto tembló. Sus hermosos ojos que acababan
de cerrarse se abrieron de repente e intenso shock apareció en su rostro… Justo
en el momento que comenzó a quemar su poder de origen Fénix, un aura
extremadamente aterradora se disparó desde lejos y se fijó firmemente sobre
ella.
La fuerza de esta aura era muy superior a ella e incluso excedía a
la de Feng Zukui… Ello estaba en el nivel pináculo a dónde Xuanyuan Wentian
pertenecía.
Justo cuando ella pensaba que Xuanyuan Wentian los había alcanzado otra
vez, dos otras fuertes y densas auras las cuales no palidecían en comparación a
la anterior se fijaron a sí mismos sobre ella también.
Una voz, de repente sonó desde muy lejos en el cielo, “¿Oh? ¿No es esta
la Princesa de Nieve de la Secta Fénix Divino? Acabamos de asistir a su
banquete en la tarde pero ahora aquí está a miles de kilómetros lejos. Qué increíble
destino que nos entremos de nuevo.”
Feng Xue’er retiró sus llamas y giró, mirando a las siluetas de las
tres figuras en el cielo… Tres figuras que estaban en el pináculo del profundo mundo
dentro del Continente Cielo Profundo, ¡tres de los cuatro Maestros Sagrados!
¡¡Emperador Sagrado Huangji Wuyu, Soberano de los Mares Qu Fengyi,
Monarca Celestial Ye Meixie!!
Con el fin de evitar a Xuanyuan Wentian, ella se había llevado a Yun
Che y escapado a máxima velocidad, sin paradas de por medio…. Sin embargo,
justo aquí, ella se había encontrado personas en el mismo nivel como Xuanyuan
Wentian, ¡y tres de ellos de hecho!
¡Cómo podría esto ser una coincidencia!
“¡Son ustedes!” Feng Xue’er inmediatamente comprendió. Los tres obviamente
tenían el mismo motivo como Xuanyuan Wentian. ¡Ellos se mantuvieron
siguiéndola, lo cual era por qué ellos estaban actualmente aquí!
“Qué… ¿Quieren?” Ella se puso de pie en frente de Yun Che y gritó
con la voz más feroz que posiblemente podía reunir.
“No quiero decir demasiadas tonterías,” Qu Fengyi fríamente habló,
“Los tres de nosotros te hemos perseguido todo este camino. En cuanto a
nuestros motivos, ¿podría la inteligente Princesa de Nieve de verdad no haberlos
supuesto ya?”
“Sin embargo, desde lo que se ve, la condición de tu prometido no es
muy buena.” La mirada de Huangji Wuyu dejó el sangrentado Yun Che cuya aura no
podía ser sentida y dijo, “Anteriormente en Ciudad Fénix, tu padre nos dijo que
Yun Che ya había muerto pero no le creímos. Parece como que la Secta Fénix
Divino no nos mintió.”
“Puesto que Yun Chen ya está muerto, esto hace las cosas mucho más
simples.” Ye Meixie sonrió conforme hablaba. Del entendimiento de los tres
Maestros Sagrados, el estado actual de Yun Chen era ya un hombre completamente
muerto. Respecto a cómo él de repente murió tan trágicamente, no era
importante. Ye Meixie estiró su mano en el aire, “Princesa de Nieve, deberías
entregar obedientemente el cuerpo de Yun Che a nosotros. Cuando obtengamos lo
que queremos, puedo asegurarte que no
causaremos ningún problema para ti. Incluso podríamos devolverte su cuerpo.”
Las últimas palabras de Ye Meixie no eran mentiras. Incluso con su
fuerza absoluta, no había necesidad para ellos tres le hagan algo a Feng
Xue’er. Debido a que, a diferencia de Xuanyuan Wentian, ellos no habían
verificado la muerte del Dios Fénix aún. Ellos podrían atreverse a matar a los
demás de la Secta Fénix Divino pero Feng Xue’er era la única sucesora del Dios
Fénix. Si ellos fueran a matarla o herirla gravemente, ello indiscutiblemente incurriría
en la ira del Dios Fénix…
La ira del Dios Fénix, a menos que no tuvieran opción, ellos no se
atrevían a asumir eso.
Aunque en sus corazones, ellos todavía poseían diferentes niveles de
dudas en cuanto a si el Dios Fénix estaba todavía vivo, incluso si estuvieran
el noventa y nueve porciento seguros, el diez porciento restante era suficiente
para impedirles tocar la línea de fondo de la Secta Fénix Divino.
“¡En sus sueños!” A pesar de la inmensa presión de enfrentar tres
Maestros Sagrados, el aura de Feng Xue’er era como una chispa dentro de un
huracán. No obstante, sus ojos todavía poseían determinación sin precedentes,
“Yo nunca dejaré… ¡Que lastimen más a Hermano Mayor Yun!”
“Jejeje,” Huangji Wuyu rio, “Él ya es un hombre muerto pero la
Princesa de Nieve todavía permanece tan encaprichada. Esto realmente llama al
elogio.”
“¡Hermano Mayor Yun no morirá!” Feng Xue’er gritó en voz alta, “Aun
cuando todos ustedes son Maestros Sagrados, sus corazones son en realidad tan
viciosos. ¡Ustedes son los que deberían morir! Anteriormente en el Supremo
Palacio del Océano, ustedes trabajaron juntos para arrebatar algo que Hermano
Mayor Yun poseía pero les fue enseñada una lección por la maestra de Hermano
Mayor Yun. Al final, ella todavía los perdonó y todos ustedes también
personalmente prometieron en frente de todo el mundo que no dañarían a Hermano
Mayor Yun nunca más. Haciendo todo esto hoy, no tienen miedo… ¡Que la maestra
de Hermano Mayor Yun ya no los perdonará!”
Pensando sobre esa jovencita en un vestido rojo absolutamente
aterradora, los corazones de los tres se congelaron pero meramente por ese
momento. Siguiendo lo cual, Ye Meixie comenzó a reír, “Jajajaja, tienes razón, no
esperaba que la tierna Princesa de Nieve tenga tal lengua habladora. Nosotros
de hecho estamos asustados de la demonia roja pero desgraciadamente, ella
pertenece a otro mundo y ya se ha ido. Ella nunca jamás regresará de nuevo e
incluso personalmente anunció que cortaría todos los lazos con Yun Che. Estoy
seguro que la Princesa de Nieve también escuchó eso claramente.”
“Hmph, ¡la vergüenza y dolor que la demonia roja me ha causado es
algo que nunca olvidaré!” La voz de Ye Meixie inmediatamente se tornó fría, “¡Todo
eso es a causa de Yun Che! ¡Originalmente había querido hacer que Yun Che pague
esta deuda adecuadamente pero nunca habría pensado que él moriría tan
rápidamente!”
“No hay necesidad de decir más,” La voz de Qu Fengyi se tornó fría,
“Feng Xue’er, dado que Yun Che está muerto, solo pediremos el Espejo de Samsara.
Si todavía está en él, sólo arroja su cadáver. Si está en ti, entonces tú mejor
entrégalo obedientemente.”
“Deberías escucharnos obedientemente.” Huangji Wuyu sonrió conforme
hablaba, “La vergüenza que ellos sufrieron ese día, ellos querían ventilarla
sobre Yun Che. Si los haces actuar, no puedo asegurarte la integridad del
cadáver de Yun Che.”
¡¡Whoosh!!
El cabello largo de Feng Xue’er se desordenó y se volvió un
escarlata feroz. Las llamas de fénix en su cuerpo inmediatamente quemaron tres
metros a lo alto. Dentro de las llamas de fénix, la silueta de un fénix
extendiendo sus alas apareció. Su mirada y voz eran de odio y determinación,
“Si ustedes quieren lastimar a Hermano Mayor Yun… Primero deben pasar sobre las
cenizas de esta Feng Xue’er!”
“Hmph, tan desobediente.” Ye Meixie rio con indiferencia.
“Vamos.” Qu Fengyi dijo en una voz baja.
¡BOOM!
El sonido de truenos estalló en el aire. Ye Meixie y Qu Fengyi
habían actuado en conjunto. Ellos se dispararon abajo desde los cielos y
directo hacia Feng Xue’er. Feng Xue’er era indudablemente la más fuerte dentro
de la generación actual en el Continente Cielo Profundo. Su talento natural era
incomparable dentro de toda la historia del Continente Cielo Profundo pero bajo
la inmensa presión de los dos Maestros Sagrados, sus llamas de Fénix habían
sido inmediatamente suprimidas por la mitad. Sin embargo, la otra mitad había
seguido quemando ferozmente con su fuerte determinación.
‘Hermano Mayor Yun, aunque no soy tu esposa aún, si pudiera
acompañarte en la muerte, no tendría resentimientos en esta vida…’ Feng Xue’er
murmuró en su corazón y se disparó hacia los dos Maestros Sagrados con una
voluntad determinada. Los sonidos claros de un fénix disparándose a través de
los cielos se podían oír.
Justo en el momento que Feng Xue’er disparó sus llamas de fénix ella
de pronto vio un llamativo color dorado desde la esquina de su ojo…
¡Eso era también una bola de llamas, no obstante, era el más elegante
y llamativo color dorado! La llama dorada no era grande; Parecía como si
hubiera aparecido de la nada y se disparó hacia Ye Meixie y Qu Fengyi como un
cometa… El instante que el destello dorado descendió, el aura aterradora de los
dos Maestros Sagrados había sido complemente ensombrecida.
Ye Meixie y Qu Fengyi detuvieron su movimiento. El cegador rayo
dorado les causó casi ser incapaces de abrir sus ojos. Sus pechos sintieron
como si hubieran sido abrumados por una placa de metal abrasadora que era tan pesada
que los sofocaba. Lo que era más aterrador era que el sentido de peligro rápidamente
acercándose causó que el vello en sus cuerpos se erice.
Y este sentido de peligro aterradoramente fatal había venido del haz
dorado.
Ye Meixie y Qu Fengyi ni siquiera pensaron dos veces antes de elevar
su profunda aura al máximo para contrarrestar el haz dorado en frente de sus
ojos. Al mismo tiempo, ellos se apoyaron en el retroceso para impulsarse a sí
mismos hacia atrás.
Boom-----
Con una explosión de sonido apagado, las llamas doradas fueron dispersadas
con los esfuerzos de dos Maestros Sagrados trabajando juntos. La llama se
destrozó en pedacitos de fuego antes de desaparecer por completo. Ye Meixie y
Qu Fengyi quienes se retiraron frenéticamente ambos lucían expresiones pálidas
y cuando ambos se estabilizaron, casi gritaron al mismo tiempo, “¿¡Quién está
allí!?”
La bola de llamas doradas les había causado sentir una presión
espiritual sofocante…. Aunque Huangji Wuyu no entró en acción, la expresión en
su rostro también cambió drásticamente. Los tres Maestros Sagrados miraron
arriba y vieron una figura diminuta flotando gradualmente hacia abajo desde
arriba en los cielos.
Había una jovencita quien estaba vestida en lujosa ropa de colores.
En términos de su apariencia exterior, ella solo podía ser descrita como ‘pequeña
niña’. No obstante, sus ojos negros revelaban poder y oscuridad que no encajaban
con su edad en absoluto. Su rostro parecía haber sido tallado a la perfección,
pero ella era tan fría que no había signos de ninguna expresión.
La cosa más llamativa estaba en el centro de su frente; La marca
dorada escarlata de una llama impresa que titilaba.
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