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Capítulo 725 – Expiación
Por Los Pecados Del Padre
Las palabras de Yun Che repentinamente causaron que la
atmósfera se volviera sofocante una vez más a medida que la sensación de
alegría sentida por la Secta Fénix Divino del despertar del Alma de Fénix de
Feng Xue’er, despiadadamente tuvo un balde de agua fría vertida encima.
Hoy, sin importar cuan incapaz fuera Feng Hengkong de
entenderlo y aceptarlo, no tenía otra opción que darse cuenta de que el destino
de la Secta Fénix Divino estaba exclusivamente en las manos de Yun Che - Al
menos durante la década antes de que Feng Xue’er floreciera completamente.
Además, debido a la determinación de Feng Xue’er, ahora eran incapaces de
luchar contra Yun Che... Al final, el destino de esta secta que había dominado
el continente durante cinco milenios estaba completamente en manos de Yun Che.
Sin embargo, Feng Hengkong ya no mostró la ira y el
descontento que había expresado anteriormente. Después de un corto período de
rigidez, su rostro sombrío se relajó finalmente, Debido a que ahora que había
llegado a este punto, no tenía más opción que resignarse al destino. Dio un
gran suspiro antes de hablar lentamente, “Xue’er está en realidad en lo
correcto... Absolutamente en lo correcto. Todo esto ha sucedido por nosotros.
Las muertes de Xiluo, el Dignatario Tianqing y los demás, son todo debido a nosotros
también... A pesar de que sólo teníamos en mente el bien del Imperio Fénix
Divino, los métodos que usamos y las consecuencias que produjimos fueron
realmente malvados y suficientemente terribles para que tengamos que soportar
este tipo de retribución...”
“Si no fuera por la decisión que hicimos hace tres años,
nuestra secta no se habría reunido con tal calamidad, y Xiluo y los otros no
habrían muerto este tipo de muertes miserables... Todas estas cosas son las
consecuencias que hemos cosechados por nuestro terrible error.”
“¡Y, naturalmente, esto es algo de lo cual debemos asumir la
responsabilidad!” Feng Hengkong puso la palma de su mano sobre su pecho, “¡El
Alma de Fénix dentro de Xue’er ya ha despertado, así que el mayor deseo en nuestra
vida ya se ha cumplido, no hay nada más que podríamos pedir! ¡Hoy, siempre que podamos
garantizar la seguridad y la estabilidad inmediata de nuestra secta, ni
siquiera necesitas hablar de pedirnos que destruyamos nuestro propio profundo arte
y nos arrodillemos durante cien años, debido a que incluso si nos pidieras que
termináramos con nuestra propia vida en este momento, ni siquiera parpadearíamos!
Retirar las tropas, detener la guerra, pagar la indemnización, ceder territorio...
¡E incluso ofrecer un sacrificio, no vamos a ser negligentes para asegurarnos
de que todo suceda!”
“¡Sólo espero que hagas lo que has dicho!”
Feng Hengkong dio un grito bajo a medida que su palma se
encendía con llamas de Fénix y las lanzaba explotando hacia sus propias venas profundas.
“¡Maestro de Secta!” Toda la Secta Fénix Divino lanzó un gran
grito de alarma a medida que se precipitaban frenéticamente hacia Feng
Hengkong, pero ¿cómo podían llegar a tiempo para detenerlo?
“¡Real Padre, no!” Feng Xue’er lanzó un estridente grito de
alarma a medida que una llama escarlata destellaba en sus ojos de fénix.
Instantáneamente, la profunda energía de Fénix de Feng
Hengkong fue completamente sellada, e incluso la profunda energía concentrada
que había reunido en su palma se había disipado completamente, y cuando su
palma golpeó contra su pecho, incluso todas las llamas habían desaparecido... Olvídense
de poder destruir sus propias venas profundas, ni siquiera fue capaz de
infligir una lesión superficial sobre sí mismo.
“¡Maestro de Secta!” Todos los dignatarios de Fénix Divino reunidos
se precipitaron hacia adelante ansiosamente mientras agarraban y restringían
los brazos de Feng Hengkong, “Maestro de Secta, no... ¡Definitivamente no debe
hacer esto!”
“Xue’er...” Feng Hengkong miró aturdido a Feng Xue’er, su
nariz se arrugó ligeramente y sus ojos se hicieron ligeramente turbios. Sabía
que, a pesar que Feng Xue’er estaba furiosa con él, en última instancia estaba
realmente preocupada por su bienestar.
Feng Xue’er no liberó el sello de fuerza de Feng Hengkong.
Giró hacia Yun Che y le rogó con lágrimas brotando de sus ojos, “Hermano Mayor
Yun, a pesar de que mi Real Padre ha cometido muchos errores graves e
irreversibles, Xue’er sabe mejor que nadie que definitivamente no es una
persona malvada. Si no, Lord Dios Fénix no hubiera permitido que el abuelo le
entregara la posición del Maestro de Secta a mi Real Padre. Como el Maestro de
la Secta Fénix Divino y el Emperador de la Nación Fénix Divino, mi Real Padre
tenía que soportar una carga y un deber que la gente normal no podría imaginar,
así que a veces no tendría más opción que tomar algunas decisiones, a pesar que
fueran extremas o incluso crueles y despiadadas. Pero en realidad no es alguien
que esté lleno de maldad, y Xue’er está incluso más dispuesta a creer que
cuando mi Real Padre tomó esa decisión hace tres años, estaba más atormentado e
indefenso que nadie.... Debido a que todo el pecado, las deudas de sangre, la
maldad y las almas de los difuntos le pesarían.”
“Xue... Xue’er...” Todo el cuerpo de Feng Hengkong tembló y en
el momento en el que esas palabras se le escaparon de los labios, lágrimas
empezaron a fluir por su rostro... Antes de esto, Xue’er había usado su propio
cuerpo para proteger a Yun Che y por el bien de Yun Che, había levantado su voz
y se había enojado con él. En ese momento, el dolor que sentía era semejante a
diez mil flechas que le perforaban el corazón. Pero ahora, después de escuchar
las palabras de Xue’er, a pesar que muriera diez mil veces, ya no tendría ningún
lamento.
“Hermano Mayor Yun, Xue’er no está tratando de explicar los
pecados de mi Real Padre. Es sólo que no importa si es la Secta Fénix Divino,
la Nación Fénix Divino o Xue’er misma, todos necesitamos a mi Real Padre. Así
que te ruego, Hermano Mayor Yun, por favor, deja a mi Real Padre y dale una
oportunidad para reparar sus acciones hacia la Nación Viento Azul. Xue’er
reemplazará a Real Padre y seguirá a Hermano Mayor Yun a la Nación Viento Azul,
y se disculpará y repagará a la Emperatriz Cang Yue... Y a toda la Nación
Viento Azul.”
“Xue’er, tú... ¡Qué estás diciendo!” El rostro de Feng
Hengkong se llenó de sorpresa y horror, “Todo esto es culpa de tu Real Padre,
no tiene nada que ver contigo...”
“No...” Feng Xue’er sacudió su cabeza lentamente. Ella levantó
sus ojos de fénix a medida que continuaba suavemente, “Soy la hija de Real
Padre, y como su hija, debo definitivamente unirme a Real Padre para
disculparme y hacer enmiendas por sus errores. Xue’er espera que después de
haber expiado nuestros pecados, que Real Padre permanezca seguro e ileso y
espero aún más que Real Padre recuerde para siempre lo que ha sucedido hoy, de
modo que él de ahora en adelante trate a la Nación Viento Azul amablemente y
trate a todos los que son inocentes y buenos de forma amable también. También
espero que sin importar lo que suceda en el futuro, Real Padre jamás vuelva a
cometer un error tan grave.”[1]
“Hermano Mayor Yun, Xue’er está dispuesta a acompañarte a
Viento Azul en este momento, para que pueda conocer a la Emperatriz Cang Yue. Y
no importa lo que ella me diga, Xue’er no tendrá ningún remordimiento o
resentimiento... ¿Eso está bien?” Feng Xue’er miró a Yun Che con seriedad, sus
ojos de fénix estaban brumosos y llenos de súplicas.
“¡Xue’er, no digas tonterías!” Feng Hengkong se dejó llevar
por el pánico, estaba completamente asustado e incluso cuando había sido
forzado al borde de la desesperación por Yun Che, no había reaccionado con
tanta ansiedad, “¡Yun Che! Hace tres años, fuimos nosotros quienes ordenamos la
invasión de Viento Azul, también fuimos nosotros los que dimos las
instrucciones para que la Nación Viento Azul se sometiera en el menor tiempo
posible, sin importar los métodos que usáramos. ¡Y también nosotros ordenamos
el asesinato de Cang Wanhe! ¡Todas estas cosas fueron órdenes que habíamos dado
personalmente! ¡Todos estos fueron sólo nuestros pecados y solo de nosotros!
¡No hablemos ni siquiera de tu petición de que paralizamos nuestro arte
profundo y expiar durante cien años, incluso si quisieras nuestra vida, te la
daríamos ahora mismo! ¡Pero todo esto no tiene nada que ver con Xue’er, nada en
absoluto!”
Feng Hengkong se esforzó por apartarse de los brazos de todos
los Dignatarios que lo habían agarrado a medida que rugía con los ojos
ensanchados. “Estamos dispuestos a ir contigo a la Nación Viento Azul en este
momento, y una vez que estemos allí, puedes hacer lo que quieras con nosotros
¡Nuestros pecados sólo pueden ser expiados por nosotros mismos! Yun Che,
deberías estar más claro que nadie de que este asunto no tiene absolutamente
nada que ver con Xue’er... ¡nada en absoluto!”
Podría decirse que el actual Feng Hengkong estaba lleno de
vergüenza y remordimiento. Antes de esto, Feng Xue’er había estado protegiendo
desesperadamente a Yun Che... Pero al mismo tiempo, también estaba rescatando a
la Secta Fénix Divino. No podía imaginar lo mucho que la situación actual
habría empeorado si no fuera por la aparición oportuna de Feng Xue’er.
Fue Feng Xue’er quien había retirado a toda la secta del borde
del abismo. Y en este momento, fue de nuevo Feng Xue’er, por el bien de su
seguridad, que estaba dispuesto a reemplazarlo y viajar a la Nación Viento
Azul, para enmendar todos sus pecados....
Incluso si realmente hubiera una medicina para el
arrepentimiento en este mundo, todavía sería incapaz de deshacerse del
arrepentimiento que llenaba todos los rincones de su alma.
Yun Che disparó a Feng Hengkong una mirada casual y
desinteresada; Luego tomó la pequeña mano de Feng Xue’er y dijo con una débil
sonrisa, “Bien, entonces haremos lo que Xue’er desea y puedes reemplazar a tu
Real Padre para que me acompañes de regreso a la Nación Viento Azul.”
“¡¡Yun Che!!” Feng Hengkong dejó escapar un rugido de león a
medida que todo su cuerpo temblaba ferozmente, “Tú... ¡Te atreves! Si te atreves
a llevarte a Xue’er hoy o si te atreves a dañar un solo cabello de la cabeza de
Xue’er, nosotros....”
“¡Tch!” Yun Che resopló fríamente, “Xue’er me salvó la vida, y
no hay nada más que yo quisiera hacer que quererla. Si no fuera por Xue’er, ¿de
verdad piensas que todavía podrías estar ahí de pie y armar tal alboroto? ¿Y
piensas que tu Secta Fénix Divino sería liberada con sólo estas pocas muertes?”
“¡Además, en lo que respecta a dañar a Xue’er, Feng Hengkong,
en comparación contigo, yo soy verdaderamente inferior!” Yun Che dijo
burlonamente.
“Tú...” Esas palabras habían hecho que el rostro de Feng
Hengkong se volviera tan blanco como el de un fantasma.
“Como la Emperatriz de un país, mi Cang Yue es un millón de
veces más compasiva que tú; Ella no dañará a Xue’er, y tampoco permitiré que
nadie más le haga daño. Además, cuando se trata de representar al Imperio Fénix
Divino, en muchos sentidos, Xue’er es aún más adecuada que tú.”
“¡Así que mejor atesora el estatus, la libertad y la vida que
Xue’er ha garantizado para ti! ¡Cuando Xue’er vuelva, ella naturalmente te dirá
qué tipo de enmienda mi Cang Yue desea de ti!”
“Hermano Mayor Yun, gracias. Sé que estoy siendo muy
egoísta... Pero él es, después de todo, mi padre, yo...”[2]
Feng Xue’er tiró ligeramente de la pequeña mano que estaba siendo sostenida por
el propio Yun Che, mientras su voz y sus ojos se volvían nebulosas. Estaba muy
clara de lo mucho que Yun Che había retrocedido por su bien.
Yun Che sacudió su cabeza y dijo con una débil sonrisa, “Por
mí, fuiste capaz de hacer ese horrible juramento de que ‘purgarías tu propia
sangre y Alma de Fénix’. Así que en comparación, lo que he hecho ni siquiera
puede estar a la altura de esto.”[3]
“... ¡Mn!” Feng Xue’er asintió vigorosamente a medida que una
sonrisa celestial apareció en su rostro. “¡No! Definitivamente no debemos dejar
que Xue’er acompañe a Yun Che a Viento Azul.... ¡Real Padre, tienes que
apresurarte y detenerlo!” Feng Ximing dijo ansiosamente, “¡Es Xue’er de quien
estamos hablando!”
Feng Hengkong no le respondió a Feng Ximing. Sus ojos estaban
aturdidos por un momento antes de que repentinamente gritara, “Yun Che, puedes
llevar a Xue’er contigo a Viento Azul... ¡Sin embargo, debemos seguirte! ¡De lo
contrario, incluso si tuviéramos que morir aquí hoy, nunca permitiremos que
lleves a Xue’er!”
“Real Padre...” Feng Xue’er entró en pánico, justo cuando
estaba a punto de hablar, oyó la respuesta excepcionalmente tranquila de Yun
Che, “¡Claro! ¡O debería decir incluso mejor! Después de todo, lo que mi Cang
Yue quería ver más es que personalmente fueras a expiar tus pecados.”
“Hermano Mayor Yun...” Feng Xue’er apretó su mano.
“No tienes que preocuparte.” Yun Che le respondió suavemente.
Sólo unas pocas palabras sencillas arreglaron los nervios y la
ansiedad que Feng Xue’er estaba sintiendo anteriormente a medida que respondía
con un simple “Mn.”
Yun Che no se negó debido a que sabía claramente lo que Feng
Hengkong temía. No estaba preocupado por la seguridad de Feng Xue’er... Después
de todo, la fuerza actual de Feng Xue’er ya obviamente superó la de Feng
Tianwei. Dentro de la Nación Viento Azul, no existía nadie que pudiera
representar una amenaza para ella. Sin embargo, Feng Xue’er nunca había dejado
los límites de Ciudad Fénix Divino antes y Yun Che era también una persona muy
‘peligrosa’. Incluso si no fuera Feng Hengkong, ningún padre común se sentiría
seguro de permitir que su hija que nunca había salido de casa antes siguiera a
un hombre a un lugar lejano por sí sola.
Por lo tanto, sin importar qué, Feng Hengkong tenía que
acompañarlos para ‘protegerla’. Incluso si eso significaba que él mismo tenía
que permanecer dentro de los territorios de la Nación Viento Azul.
[1]
Radak: Esto más parece un acto entre el padre y la hija…
[2]
Radak:……………
[3]
Radak: Por favorrrr…….