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Capítulo 728 – La
Decisión De Cang Yue
Cang Yue nunca había esperado que este tipo de situación en
realidad se presentara. Odiaba a Feng Hengkong hasta los huesos, pero ante una
situación tan inesperada que nadie se atrevería a creer, a pesar que la estaba
viendo con sus propios ojos, se sintió completamente perdida. Sólo podía mirar
fijamente a Yun Che, quien estaba a su lado con ojos suplicantes, “Esposo... ¿Qué
es exactamente esto...?”
“Déjalos levantarse primero,” dijo Yun Che, “Te lo explicaré
todo una vez que hayamos entrado.”
Cang Yue asintió ligeramente y poco a poco recuperó su estado
de ánimo a medida que avanzaba unos pasos. Frente a Feng Xue’er, le tendió la
mano y dijo, “Pequeña Hermana Xue’er, por favor, levántate. Pequeña Hermana Xue’er
tiene un estatus muy noble e incomparable. Esa enorme cortesía es aterradora incluso
para mí.”
Feng Xue’er bajó su cabeza y dijo en voz baja, “Las palabras
de la Emperatriz Viento Azul son muy amables... Como la única que soporta los
pecados, Xue’er se supone que está rogando perdón de rodillas. Sólo puedo
esperar que esto acabe con la ira de la Emperatriz Cang Yue.”
Cang Yue sacudió su cabeza a medida que se acercaba y ayudaba
a Feng Xue’er a levantarse. Al ver personalmente a Feng Xue’er, no pudo evitar
maravillarse de que en realidad había una existencia tan perfecta como un sueño
en el mundo. Si había una sola mujer que pudiera ser considerada favorecida por
el cielo, entonces sólo podía ser la joven chica ante sus ojos.
“A pesar que nunca he salido de la Nación Viento Azul, aun he
oído el nombre de la Princesa de Nieve del Imperio Fénix Divino muchas veces.
Ahora que te he visto con mis propios ojos, me he dado cuenta de que eres
muchas veces mejor que los rumores.” Exclamó Cang Yue.
La ira y el odio extremos hacia una persona podrían ser
fácilmente espaciadas a sus seres queridos; Sin embargo, cuando se enfrentó a
Feng Xue’er, Cang Yue, que odiaba a Feng Hengkong hasta los huesos, no podía
sentir el menor resentimiento. O tal vez debido a que no había nadie en el
mundo que pudiera odiarla.
“Feng Hengkong, levántate también.” Cang Yue una vez más giró a
medida que su voz se volvía tranquila y fría, “Este no es el lugar para hablar.
¡Sígueme al Salón Viento Azul!”
Mirando la señal que Yun Che estaba dando con sus ojos, Cang
Yue le dijo a Dongfang Xiu, “Jefe de Palacio Dongfang, vigile el exterior y
evite que alguien entre. Además, no mencione a nadie lo que ha visto en este
momento.”
“Sí.” Dongfang Xiu se inclinó ligeramente, luego miró a Feng
Hengkong. Justo cuando quería recordar a Cang Yue que fuera cautelosa... Repentinamente
recordó cuando Feng Xue’er y Feng Hengkong se arrodillaron para mostrar
penitencia. Inmediatamente se tragó sus palabras.
Después de ver a Cang Yue, Yun Che, Feng Hengkong y Feng
Xue’er se dirigieron hacia el Salón Viento Azul, Dongfang Xiu y los demás se
miraron; Algunos de ellos estaban todavía aturdidos, incapaces de recuperar su
compostura.
“¿Qué exactamente está pasando? Ese es realmente el... ¿Emperador
Fénix Divino?” Feng Yunlie miró fijamente con los ojos muy abiertos. Incluso
después de pensar tanto hasta que su cabeza casi había explotado, todavía no
podía entender lo que acababa de ocurrir ante él... Ese era el Emperador Fénix
Divino que menospreciaba a todo el mundo, ¡¡el Gobernador de Fénix Divino!!
¡A pesar de que ambos eran gobernantes de una nación, Feng
Yunlie, como general de la Nación Viento Azul, no pudo evitar admitir que las
palabras ‘Gobernador de Fénix Divino’ podrían superar por completo las palabras
‘Gobernador de Viento Azul’ mil veces! Que Feng Hengkong viniera personalmente
aquí ya había sorprendido a todos. Sin embargo, lo que la gente nunca podría
haber soñado era que se arrodillara en frente de la Emperatriz de Viento
Azul... Incluso estaba gritando con una voz que estaba llena de arrepentimiento
y remordimiento.[1]
“Ese tipo realmente es el Emperador de la Nación Fénix Divino,
Feng Hengkong. Lo vi hace tres años.” Xia Yuanba estaba muy seguro a medida que
hablaba.
“... Esa joven mujer, ¿podría ser la legendaria Princesa de
Nieve del Fénix Divino?”
“Mn, ella es la Princesa de Nieve. Pero no esperaba que ella
también viniera... Bueno, hace tres años, su relación con cuñado era muy
buena.” Xia Yuanba se frotó la cabeza con incertidumbre.
“Después de todo, Yun Che ha sufrido un accidente en la
Profunda Arca Primordial después de salvarla hace tres años... La Princesa de
Nieve, el tesoro enviado por los cielos al Imperio Fénix Divino, la mujer más
bella del Continente Cielo Profundo. ¡Su reputación es, de hecho, bien merecida!”
Dongfang Xiu alabó profundamente.
“Como se esperaba de Hermano Yun. En tan sólo unos pocos días,
invirtió una situación tan extrema a tal grado.” Número Uno Bajo el Cielo habló
en un tono muy bajo que sólo él mismo pudo oír, “Pero lo que es incluso más
inesperado es que, en este mundo, existe una mujer cuya apariencia es
comparable a la de la Pequeña Emperatriz Demonio...”
El Salón Viento Azul era un campo de silencio. Feng Hengkong estaba
de pie en el centro del vestíbulo y echó un vistazo a todo por ahí. Una vez se
había imaginado que entraría personalmente en el Palacio Imperial Viento Azul;
Sin embargo, nunca había pensado que sucedería en tales circunstancias. Similarmente,
incluso Cang Yue nunca había pensado que ella estaría en tal situación con la
persona que más odiaba.
Yun Che ya había explicado la situación con Fénix Divino a
Cang Yue justo ahora. A pesar de que el que más contribuyó fue él, el Gobernante
de la Nación Viento Azul todavía era Cang Yue; Cada acción de Yun Che fue
también por ella. Debido a eso, la decisión de cómo Feng Hengkong expiaría sus
pecados acabaría por caer en sus manos.
“Pequeña Hermana Xue’er, por favor, siéntate.” El trato de
Cang Yue hacia Feng Xue’er y Feng Hengkong fue muy diferente. Habló suave y
gentilmente hacia Feng Xue’er, debido a que ya había entendido por qué esta
chica favorecida por los cielos venía aquí e incluso se arrodillaba delante de
ella... Incluso si ella hubiera eliminado todas esas razones, no había nadie
que pudiera albergar resentimiento ni malos sentimientos hacia ella.
“Gracias, Hermana Emperatriz.” Feng Xue’er no dio un paso
atrás, sino que se sentó junto a Yun Che.
“Feng Hengkong, ¿has venido voluntariamente a expiar tus
pecados?” Cang Yue giró. Frente a Feng Hengkong, su expresión se tornó instantáneamente
fría.
Después de bajar del Arca Fénix Divino y pisar en el
territorio de Viento Azul, como Feng Hengkong todavía no estaba dispuesto a
soltar su orgullo, entonces Feng Xue’er se puso de rodillas, lo cual había
lavado toda la angustia y dolor en el corazón de Cang Yue[2],
yéndose todo por el desagüe. A pesar que Feng Hengkong podía sacrificarse por
todas las numerosas deudas de sangre que había cometido, sólo podía alegar que
Feng Xue’er no debería soportarlas. Por eso, haría todo lo posible para reparar
sus pecados... Incluso si perdiera su dignidad como el Emperador Fénix Divino,
o incluso su vida.
“¡Hoy hemos venido aquí para expiar nuestros pecados! Sabemos
que hemos traído un gran desastre a Viento Azul, con tantos crímenes que
incluso si nosotros muriendo mil veces no bastarían... Siempre que podamos
pacificar el resentimiento de Viento Azul y de la Emperatriz Cang Yue, entonces
estamos dispuestos a aceptar cualquier cosa sin arrepentimientos.”[3]
“Yue’er, durante mi tiempo en Ciudad Fénix, ya les he dado
algunas condiciones, y también han aceptado,” dijo Yun Che. Después de eso,
comenzó a narrar lo que había ocurrido anteriormente en Ciudad Fénix, él
haciendo frente a Feng Hengkong y a Feng Tianwei, y también las cinco
condiciones que había dado en detalle.’
Cuando sea que Yun Che hablaba de sus condiciones,
especialmente de las cinco últimas condiciones que había expuesto ayer, la
expresión de Feng Hengkong siempre se volvería animada y siempre rugiría en
enojo, casi explotando sus pulmones en el proceso. Pero ahora, escuchando a Yun
Che declarar todas las condiciones, a pesar que las compensaciones, anexiones,
la parálisis de su profundo arte, arrodillarse durante cien años, o incluso
hacia la quinta condición que afirmaba que tenía que rendirle tributo varios
cientos de años... Su rostro se mantuvo en calma y no mostró ningún cambio.
En cambio, fue Cang Yue, mientras escuchaba a Yun Che
enumerando las condiciones, que poco a poco reveló una expresión de shock...
Ella odiaba a Feng Hengkong y al Imperio Fénix Divino, sin embargo, cuando Yun
Che estaba enumerando cada una de las cinco condiciones, se dio cuenta de que
todas eran arrogantes y extremadamente brutales. Si todas esas condiciones
fueran implementadas en la Nación Fénix Divino, entonces los cinco mil años de
prestigio que tenía serían pisoteados sin piedad por Viento Azul, la nación más
pequeña y más débil que sólo había existido por no más de mil años. Siempre
tendrían que esconderse en un abismo de vergüenza...
Sin hablar de los mil años de historia de Viento Azul, incluso
en la historia de Cielo Profundo, estas duras condiciones que fueron colocadas
sólo para expiar sus pecados nunca habían ocurrido antes.
“Todas estas condiciones, tu Fénix Divino... Especialmente tú,
Feng Hengkong, ¿estás dispuesta a aceptarlas?” Cang Yue arrugó sus cejas y observó
los ojos del Emperador Fénix Divino sin temor; Ella quería escuchar su
afirmación de su propia boca.
“Sí.” Feng Hengkong cerró sus ojos y respondió sin dudar.
“Bien...” A medida que el pecho de Cang Yue se elevaba y
bajaba, su mirada también se había vuelto más afilada y profunda.
“¡Hermana Emperatriz!” Feng Xue’er rápidamente se puso de pie
y miró a Cang Yue a medida que ella pidió, “Xue’er sabe que Real Padre ha
cometido un grave error y toda la compensación que Hermano Mayor Yun Che había
mencionado debe hacerse. Pero... Sobre las parálisis del profundo arte de Real
Padre y la cuestión de que él permanezca en Viento Azul durante cien años, le
ruego a la Hermana Cang Yue que por favor tenga misericordia.[4]
Real Padre tiene una identidad especial; No sólo es el Emperador de la Nación
Fénix Divino, también es el Maestro de la Secta Fénix Divino. Si se queda en
Viento Azul durante cien años, entonces Fénix Divino estará en agitación, y la
Secta Fénix Divino también tendrá dificultades para mantener su estabilidad.”
“A pesar que todo lo que Real Padre ha hecho fue traído por el
mismo, como su hija, Xue’er también debe llevar algo de la carga. Por lo tanto,
le pido a Hermana Emperatriz que demuestre cierta simpatía por el egoísmo de
Xue’er y la situación de Fénix Divino. Por favor, deje que Xue’er se quede en
Viento Azul como reemplazo de Real Padre. Como por la otra compensación, cuando
Real Padre regrese, él la implementará en el menor tiempo posible. Hermana
Emperatriz, por favor...”
“¡Xue’er, este asunto no te concierne!” Feng Hengkong dijo,
“¡Emperatriz Cang Yue, usted debe saber que otras personas no deben ser
responsables en tomar la deuda de otro! ¡La muerte de su Real Padre y la
situación en Viento Azul fueron causadas por Nosotros! ¡Todo lo que sucedió no
tiene nada que ver con Nuestra hija! Durante estos tres años, ella había estado
en coma. ¡Ella no está involucrada en lo más mínimo!”
“¡Ahora, sólo queremos expiar nuestros pecados! ¡No importa lo
que usted quiera que hagamos hoy, Nosotros definitivamente no nos
retractaremos! ¡Pero Xue’er es la escama inversa que nunca dejaremos que
ninguno de ustedes toque!”
La expresión de Feng Hengkong se tornó seria y llena de
determinación. En este momento, el corazón de Feng Xue’er se tornó ansioso,
“¡Real Padre, ya has accedido a que Xue’er venga! ¿No te importa Fénix Divino y
la secta?”
Feng Hengkong sacudió su cabeza lentamente, “Xue’er, para Real
Padre, tu seguridad es aún más preciosa que la vida de Real Padre, que la de
secta e incluso que la de todo el mundo. Si tuviéramos que elegir, entonces
preferiríamos destruir el Fénix Divino y la secta que dejarte sufrir la menor
herida.”[5]
Cang Yue, “…”
Yun Che, “…”
“No, no pasará. Me quedare aquí. Con Hermano Mayor Yun aquí
para protegerme, definitivamente no seré dañada de ninguna manera. Voy a rendir
homenaje al Real Padre de Hermana Emperatriz y orar por Viento Azul, Fénix
Divino y por Real Padre cada día. Después de cien años de expiación, regresaré
a Ciudad Fénix... Si Real Padre me extraña, entonces puede venir a visitarme en
cualquier momento.” Feng Xue’er sonrió como si no tuviera ninguna preocupación
por el futuro, “Fénix Divino puede prescindir de Xue’er, pero no puede prescindir
de Real Padre. Este asunto concierne a toda la nación y la secta, Real Padre no
puede darse el lujo de ser impulsivo.”
“Xue’er, nosotros...”
“Real Padre,” Feng Xue’er suavemente interrumpió las
siguientes palabras de Feng Hengkong: “Xue’er siempre ha sido mimada y
protegida por Real Padre mientras crecía, e incluso ha recibido el favor del
Dios Fénix. Sin embargo, nunca he hecho nada por Real Padre ni por la Secta
Fénix Divino. Ahora que finalmente puedo compartir parte de la carga de Real Padre,
Xue’er sólo puede sentir felicidad y satisfacción en su corazón. No me tratada injustamente
ni asustada... Además, aquí está el favorito Hermano Mayor Yun de Xue’er. Si
puedo ver a Hermano Mayor Yun, Xue’er sería más feliz aquí que en Ciudad Fénix.
No olvide, hace tres años, Hermano Mayor Yun arriesgó su vida con el fin de
protegerme. Con Hermano Mayor Yun a mi lado, Xue’er estará completamente a
salvo, y Real Padre no tendría que preocuparse por nada... ¿Cierto?”
“Xue’er, tú...” Feng Hengkong extendió su mano, queriendo
tocar el hombro de Feng Xue’er; En este momento, no pudo evitar que sus ojos se
volvieran nebulosos.
“Hermana Emperatriz, en mi corazón, Hermano Mayor Yun siempre
será la persona más amable del mundo. Puesto que eres la esposa de Hermano
Mayor Yun, también debes ser la emperatriz más amable y bondadosa del mundo,
así que perdona la vida y la libertad de mi Real Padre y deja que Xue’er
reemplace a su Real Padre quedándose aquí. En el futuro, Xue’er y su Real Padre
darán todo para arrepentirse y redimir todos los crímenes que hemos cometido
durante estos tres años... Pido a Hermana Emperatriz que cumpla mi deseo.
Xue’er siempre recordará la bondad de Hermana Emperatriz.”
Cada palabra que Feng Xue’er dijo fue un duro golpe en la mente
de Feng Hengkong y también sacudió la mente de Cang Yue al mismo tiempo.
Mirando su rostro similar a la nieve y sus ojos que eran millones de veces más
hermosos que las estrellas, el corazón de Cang Yue palpitó fuertemente... Tenía
muy claro el estatus de Feng Xue’er. Feng Xue’er tenía la linaje más precioso
en todo el Continente Cielo Profundo, y en el futuro, eventualmente se
convertiría en el dios de la Secta Fénix Divino; Ambos su identidad y su
estatus serían superiores a los de Feng Hengkong en el futuro.
¡¡Incluso superaría a todos los seres vivos en el Continente
Cielo Profundo!!
Bajo la mirada de Feng Xue’er, Cang Yue no habló durante mucho
tiempo. Después de un tiempo, giró su cabeza y miró hacia Yun Che, buscando su
ayuda.[6]
“Yue’er este asunto sólo puede ser decidido por ti. Sin importar
qué decisión tomes, siempre te apoyaré.”[7]
Dijo Yun Che con una sonrisa. Él creía que, al final, Cang Yue tomaría la mejor
decisión.
“...” Cang Yue giró lentamente, y paso a paso, caminó hacia el
trono del emperador. Al mismo tiempo, el salón se calmó y sólo se oyó el sonido
de su vestido de fénix arrastrándose por el pasillo.
Al final del gran salón, Cang Yue se detuvo, levantó su cabeza
y miró hacia adelante... Ahí, el retrato de su difunto padre, Cang Wanhe, quien
murió hace tres años estaba colocado.
En este momento, el tiempo parecía haberse detenido. A medida
que Cang Yue miraba en silencio el retrato inmóvil de Cang Wanhe, sus pupilas
temblaban y se volvían nebulosas... Nadie podría entender jamás los sentimientos
complicados en su corazón ni la dificultad de las decisiones que estaba por
hacer.
Después de que unos largos quince minutos habían pasado, la
voz de Cang Yue finalmente sonó en el gran salón.
“Feng Hengkong...” Ella dijo suavemente, “Si yo fuera una
mujer ordinaria, el odio que tendría hacia ti por matar a mi padre
definitivamente nos impediría vivir bajo el mismo cielo. Ni siquiera dudaría en
cortar personalmente tu cuerpo en un millón de piezas...”
“Pero incluso si puedo tomar prestado el poder de mi esposo y
matarte ahora mismo, no puedo hacerlo.” Cang Yue giró y dio un paso lento y
pesado, “Debido a que yo soy la monarca de la Nación Fénix Divino... Si pierdes
tu vida en Viento Azul, entonces el Fénix Divino estará en caos. El desastre
que enfrenta mi Viento Azul continuaría, e incluso podría intensificarse. Ni
siquiera tus órdenes antes de tu muerte podrían impedirlo.”[8]
“Lisiar tus profundas artes y dejar que te quedes en Viento
Azul durante cien años es del mismo principio; Una vez que la semilla de la
venganza se siembra, indudablemente entrará en erupción en unas pocas décadas,
pocos siglos, o tal vez incluso varios siglos. ¡Mi Viento Azul es aún una nación débil después de todo, así que una
vez que estalle, estoy segura de que el único que sufrirá es mi Viento Azul!”
“Por lo tanto... Nunca te perdonaré, pero no te mataré.”
Feng Hengkong, “...”
“No te mataré, y no te obligaré a lisiar tus profundas artes.
Tampoco te obligaré a arrodillarte frente a la tumba de mi Real Padre durante
cien años... Debido a que incluso si te arrodillas durante un millón de años,
Real Padre nunca volverá de entre los muertos. Ceder Ciudad Jade Rojo,
doscientos años de tributo en cristales profundos, hierro profundo, armadura
Fénix... ¡No quiero nada de eso!”
“...” Las cejas de Feng Hengkong se alzaron abruptamente a
medida que una expresión de incredulidad surgió en su rostro.
“¿Ah?” Feng Xue’er se cubrió sus labios con su mano, “Hermana
Emperatriz, ¿en serio?”
“...” Yun Che también tenía una expresión de shock.
“¡A pesar que soy una mujer, ya que soy la emperatriz de
Viento Azul, lo que diga será naturalmente tan bueno como el oro!” Cang Yue
calmadamente respondió, “Entre las cinco condiciones que se mencionaron, sólo
mantendré una. En cuanto al resto, no insistiré en ellas.”
“¡La compensación de cincuenta billones!” Cang Yue habló con
determinación, “¡Sólo mantendré esta! Debido a que ahora, la Nación Viento Azul
está en un estado desastroso y muchos de los ciudadanos se quedaron sin hogar,
necesitamos toda esta riqueza para reconstruir sus hogares.”
“¿R-realmente?” El mero hecho de que Feng Hengkong no tuviera
que autodestruir sus profundas artes y permanecer en este lugar ya había
cumplido el mayor deseo de Feng Xue’er. Su corazón estaba lleno de ilimitada
alegría, sorpresa y gratitud.
Feng Hengkong tenía la boca abierta y no podía creerles a sus
propios oídos. No había necesidad de anexar sus tierras, no había necesidad de
ofrecer tributos e incluso los edictos de disculpa no eran necesarios... Su Fénix
Divino podría simplemente preservar su dignidad así...
“¡Sin embargo, tengo dos condiciones adicionales!” Las pupilas
de Cang Yue se contrajeron a medida que miraba fijamente a Feng Hengkong.
“Hermana Emperatriz, por favor dilas, si pueden hacerse, Real
Padre y Xue’er definitivamente harán todo lo posible para lograrlo.” Feng
Xue’er dijo con alegría.
“Primero,” la voz de Cang Yue se volvió tranquila y solemne a
medida que continuaba, “Numerosas casas en las ciudades de mi Viento Azul han
sido destruidas, y en la actualidad, toda la nación está en caos. Con solo
confiar en el poder de mi Viento Azul, es muy difícil estabilizarla en poco
tiempo. ¡Por lo tanto, en los próximos cinco años, ustedes enviarán más del
sesenta porciento de su ejército para ayudar en la reconstrucción de mi Viento
Azul!”
De las cinco condiciones, sólo la condición monetaria quedó.
Esta fue una bendición que ni siquiera se atrevió a creer, ni siquiera en un
sueño. Inicialmente, Feng Hengkong pensó que cada una de las dos condiciones
adicionales sería difícil de lograr, sin embargo, nunca esperó que la primera
condición que Cang Yue había mencionado fuera realmente tan simple. Él asintió
ligeramente, “Bien, prometemos que... Traeremos al setenta porciento del
Ejército Fénix Divino para quedarse en Viento Azul y permitir que la Emperatriz
Cang Yue y varios lords regionales los comanden. Además, también estableceremos
órdenes estrictas de que no deben ofender a los ciudadanos de Viento Azul.”
“Bien.” Cang Yue asintió como señal de que confiaba en sus palabras.
Después, su mirada cambió de Feng Hengkong hacia Feng Xue’er, “La segunda
condición es incluso más simple, Princesa de Nieve, Feng Xue’er, quiero que
tú...”
“¡¡Te cases con mi esposo y te conviertas en su concubina!!”[9]
[1] Radak:
No sé si esta gente es estúpida o qué pero solo arrodillarse no ayuda en nada…
[2]
Radak: ¿Really?...
[3]
Radak: Él normalmente hablar con el Imperial ‘Nosotros’.
[4]
Radak: Solo… ¿Por qué debería tener misericordia?
[5]
Radak: Que buen show XD
[6]
Radak: Solo decapítalo ya y deja que ella se vaya XD
[7] Radak:
Más falso que billete de tres dólares XD
[8]
Radak: ¿Y por que no destruirlos completamente? :3
[9]
Radak: *Suspiro* Es en serio autor…