viernes, 7 de diciembre de 2018

My Dad Is the Galaxy's Prince Charming Capítulo 1

Traductor: SilentDrummer
Corrector: Radak

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Capítulo 1 - Amiga Mía, Estás Muerta
Yao Si sentía que últimamente había algo mal con ella. Antes solía dormir como un tronco, así que ni el rugido de los truenos podía afectar su sueño. Pero extrañamente, este último par de días no pudo conciliar el sueño y lo que era más extraño era que se sentía llena de energía y con mucho ánimo a pesar de las noches en vela.
Su espalda ya no le dolía, sus piernas ya no se sentían débiles e incluso la menstruación que la había molestado por años dejó de visitarla. Podía subir diez tramos de escaleras en un respiro sin esfuerzo alguno.
Su dieta era todavía más mágica. Durante toda su vida solía amar comer chile, pero ahora su estómago tenía retortijones de tan solo ver su color rojo brillante.
Al principio, pensó que solo era debilidad estomacal y de bazo provocado por su insomnio, pero conforme pasó el tiempo, se dio cuenta de que no era tan simple. No era solo chile lo que ya no podía soportar su estómago. Había perdido el apetito por comida como si tuviera anorexia. La comida sabía como si estuviera tan seca como el polvo en su boca, ocultando su sabor original. Había, sin embargo, una excepción. Era algo a lo que nunca antes le dio siquiera un vistazo y mucho menos consumirlo… Sangre cuajada de pato.
—Oye chica, has estado mirando mi sangre de pato por media hora, ¿la comprarás o no?
—¡¿Eh?! —Yao si quedó estupefacta, sus ojos estaban pegados a la sustancia roja en el puesto y era incapaz de volver en sí—. ¿Comprarla… o no?
—¿Por qué tienes que dudar? Si quieres comerla, entonces cómprala —El dueño saltaba ante toda posible oportunidad de hacer negocio y comenzó a promocionar sus productos con una pasión ardiente—. Hermana, debo decir que tienes buen gusto. Mi sangre de pato es la mejor en todo el mercado, tan solo mira este color, no puedes comprarla en otro lado. Es deliciosa cuando la haces gelatina[1].
—¿En serio?
—Por supuesto, toda la sangre es fresca y fue recolectada de los patos degollados hoy.
—En verdad es… Bastante fresca, jajaja…
Además olía tan delicioso.
—Dos dólares por medio kilo, barato y accesible.
—Sí.
Olía tan bien, tan bien, tan bien.
—Esta oportunidad viene y va, mi sangre cuajada de pato tiene mucha demanda. Si hubieras venido en la tarde, ya no quedaría nada —El dueño levantó un pedazo de sangre cuajada de pato y la pesó en sus manos mientras decía—, te lo prometo, una vez que la pruebes, regresarás por más.[2]
—¿En serio?
—¿Qué tal un kilogramo, hermana?
—Pero —Los labios de Sisi se curvaron hacia abajo—. … ¡Soy alérgica a la sangre de pato!
—… ¿Eh?
El dueño se quedó aturdido. La sangre cuajada de pato en su mano se deslizó y cayó al agua, salpicando el rostro de Yao Si.
—Chica, ¿estás jugando conmigo? Si eres alérgica a la sangre de pato entonces, ¿por qué estuviste parada aquí por tanto tiempo? —Ya que no podía vender nada, el dueño se atragantó por el enojo.
—¡Tampoco quiero estarlo! —Tan solo pensar en ello llenaba a Yao Si con pesar—. No he comido ni dormido por una docena de días. No puedo comer nada y solo deseo esto.
—Chica, ¿estás tratando de burlarte? —Era claro que el dueño no estaba complacido—. No te ves como si no hubieras dormido por una docena de días.
Obviamente no, ella se veía como si estuviera llena de energía. Además, ¿cómo iba a tener la fuerza para estar aquí parada después de no comer nada por tanto tiempo?
—¿Qué te parece si buscas algo más?
—Lo digo en serio —Yao Si todavía no podía controlarse y sus ojos estaban atorados en la sangre de pato en el agua—. Olí su fragancia estando a tres cuadras de aquí.
—¿Cómo va a ser posible desde tan lejos? Haciendo eso a un lado, tú ni siquiera eres un… —La voz del dueño bajó de repente como si hubiera recordado algo. Sus ojos se ampliaron cuando la escaneó de pies a cabeza. Algo destelló en sus ojos y cambió inmediatamente sus palabras—. Hermana, tengo algo todavía más fresco dentro del cuarto. Quizá no seas alérgica a ello una vez que lo pruebes. ¿Por qué no entras conmigo?[3]
—¿De verdad?
¿Había sangre de pato que puede combatir alergias?
—Pasa —dijo el dueño y caminó al cuarto de atrás. Allí, giró y le hizo señas para que se acerque.
Yao Si lo siguió al interior. Justo cuando entraba al cuarto, el dueño cerró las cortinas, formando un espacio cerrado. El cuarto que antes era brillante se oscureció en menos de un segundo, aislando el ruido del mercado afuera.
El corazón de Yao Si latió fuertemente y miró tímidamente al dueño quien se hizo muy afectuoso hacia ella.
—Hermano, no tienes un trabajo alterno como traficante de humanos, ¿o sí?
Esto no podía ser otro incidente de tráfico de órganos. La felicidad en el rostro del dueño se hizo pedazos y sus labios palpitaron con un tic.
—¿Qué tonterías te están pasando por la cabeza, hermana? No soy una mala persona —La miró con un poco de descontento, sin poder entender sus sospechas. Caminó a la derecha del cuarto, agarró una taza y echó en ella lo que quedaba dentro de un contenedor intrincado que estaba cerca. Luego le dio la taza a ella.
—Ten, hermana, prueba esto.
—¿Qué es?
Yao Si extendió su mano y agarró la taza. Estaba medio llena, conteniendo un líquido rojo vivo que todavía no se solidificaba. Era deslumbrante y brillante como un rubí, y un fuerte olor a sangre la saludó, recobrando sus sentidos estancados. Saliva se acumuló en su boca e incluso su estómago comenzó a resonar con gruñidos.
Huele tan bien…
Yao Si no pudo resistirlo y tomó todo de un trago. El líquido oloroso se sintió sedoso conforme rozaba contra su lengua, calmando sus papilas gustativas. Ella fue robada por el dejo brillante. Era más placentero que un festín de Malatang[4] e incluso sus dientes comenzaron a picarle mientras algo bajaba por la esquina de sus labios.
—Justo como pensé… —El dueño dejó salir un suspiro profundo.
Esto finalmente hizo que Yao Si despertara del regusto divino y se dio cuenta de que había tomado una taza completa de sangre cruda y que todavía quería otra taza. Misteriosamente, ni siquiera se sintió asqueada, lo que era más que confuso.
Viendo la expresión conmocionada en el rostro del dueño, bajó la taza, tosió un poco, y preguntó:
—Oye jefe, esta sangre de pato anti-alergias no está tan mal. ¿Cuánto cuesta un kilogramo? Dame cinco kilos.
—Hermana… —El dueño no se movió ni una pulgada, sus ojos de repente se tornaron compasivos como si no supiera cómo empezar—. ¿Dijiste que no has comido ni dormido por semanas?
—Sip. —Yao Si asintió. ¿Tenía esto algo que ver con comprar sangre de pato?
—¿No sientes como si hubiera algo mal con tu cuerpo?
—Un poco.
Para ser honestos, ella ya había visitado el hospital para una revisión completa. Lo hizo tres veces, pero todo parecía estar bien. Incluso los doctores no podían creer que ella en verdad no había dormido ni comido por un periodo tan largo de tiempo y le dieron silenciosamente una tarjeta de presentación de algún psiquiatra.
—¿Sabes por qué estás así?
—No —Yao Si sacudió la cabeza, luego miró a la persona misteriosa—. Jefe, aunque la sangre de pato anti-alergias cueste cuatro dólares por medio kilo, la compraré.
—No voy a subir el precio —El dueño la miró irritado—. ¿No quieres saber qué es lo que te está pasando?
—¡Por supuesto! —Pero ni siquiera el hospital pudo diagnosticarme—. ¿Quiere decir que lo sabe? —preguntó ella casualmente.
—Espera.
El dueño miró alrededor con sospecha, luego se acercó y cerró las cortinas aún más antes de regresar con un rostro serio:
—Hermana, quiero preguntarte, ¿te has encontrado con algo fuera de lo ordinario en las últimas semanas? —preguntó.
—¿A qué se refiere con algo fuera de lo ordinario…?
—¿Como ser mordida o herida?
Yao Si sacudió la cabeza vigorosamente. Sería imposible para una persona hogareña como ella ser herida.
—¿Te buscó algún extraño?
—Solo el repartidor del restaurante y el tipo que hace entregas.
—¿Y qué hay de sueños? ¿Has tenido sueños extraños? ¿O algo que no puedas recordar?
—Soñé que gané cinco millones en la lotería, ¿eso cuenta?
—…
El dueño se quedó sin palabras. Al final, dejó escapar un suspiro, murmurando en voz baja.
—A quién le importa, probablemente fue un accidente. No es sorpresa en un momento tan turbulento como este…
Su expresión se llenó con todavía más compasión. Si la mirada que le dio antes podía compararse a la de una persona mirando a un niño perdido, entonces esta sería la mirada para un niño huérfano.
Yao Si se sintió nerviosa bajo su mirada, aunque en verdad era una huérfana.
—Jefe, tan solo dilo, ¿por favor? ¿Qué es lo que me pasa?
El dueño se tranquilizó. Sacó un par de sillas desde un lado, señalándole para que se siente. Después, con su ceño fruncido, le dijo la verdad.
—Hermana, estás muerta.
—…
¡Mierda!


[1] SilentDrummer: Coagulada, cuajada.
[2] Radak: Esto parece tener connotaciones sexuales… XD
[3] Radak: Esto parece tener aun más connotaciones sexuales… XD
[4] SilentDrummer: Tipo de comida china.
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